 |
Cirujano visionario,
sus lápices y pinceles son escalpelos capaces de una precisa
disección anatómica y también instrumentos
que tratan de captar el hálito intangible de la vida, desentrñar
sus claves, ponerle seña y cifra a lo indescifrable con
un lenguaje de signos que conforman un peculiar alfabeto, un código
personal que nos transfiere una parcela mínima de un territorio
poco transitado, iluminado por las frágiles bombillas con
las que Moro jalona algunos de sus apuntes. 
|